La sección sindical de la CTA en Sadiel (ahora Ayesa Advanced Technologies) se ha tomado su tiempo en elaborar un análisis de la última huelga general del 14 de noviembre. Ha sido así para poder ofrecer un texto fruto de la síntesis de la postura que adopta esta sección sindical ante el debate generado por la huelga general en el seno de la sociedad.
En esta sección sindical hacíamos frente a la primera huelga desde nuestra creación y nos hemos estrenado secundando una huelga un tanto especial. En esta ocasión, fruto del hartazgo de la clase trabajadora a nivel interestatal y apoyados por entes de la sociedad civil, se da como resultado una movilización a nivel europeo que se ha traducido en una Huelga General Ibérica, paros parciales en Italia, Malta o Chipre y manifestaciones en Francia y Grecia.
Esta unión de trabajadores a nivel europeo en defensa de sus derechos viene precedida de ataques continuos desde un momento en el que con la “crisis económica” como excusa los grandes poderes económicos se han cebado con los mas débiles: los trabajadores. Trabajadores que han visto como los gobiernos, hábilmente comandados por estos poderes, han ido recortando los servicios públicos, la protección de sus puestos de trabajo, los salarios, el derecho a la justicia y un largo etcétera que han sumido en la lacra del paro a casi seis millones de trabajadores y que dejan a aproximadamente seiscientos mil hogares sin ningún ingreso en nuestro país.
La convocatoria de esta huelga general se presentaba como una oportunidad irrechazable de que los trabajadores manifestaran su disconformidad ante estas medidas impuestas por las grandes fortunas, y que son tan injustas como inútiles para la defensa de los intereses del conjunto de la sociedad. Bien analizadas, para lo único que han valido estas medidas es para todo lo contrario para lo que nos las han vendido; con las estadísticas en la mano, las grandes fortunas y sus privilegios están hoy mas asegurados que nunca.
En el caso particular de Ayesa AT, además de todos estos ataques que estamos sufriendo en general como trabajadores que somos, también nos enfrentamos a las medidas que nos impone la dirección de la empresa y que endurece aún mas si cabe nuestras condiciones laborales particulares. En paralelo a las condiciones que sufrimos por pertenecer a la clase trabajadora (subida de impuestos a las rentas del trabajo, recortes en servicios sanitarios públicos, en la educación, etc.) debemos cargar con ese vía crucis que significa trabajar para Ayesa AT: despidos de todos los colores, congelación de salarios, retirada de variables, aumento de la jornada, MSCT, irreconciliación de la vida laboral y familiar, ambiente laboral dinamitado, imposición de un régimen marcial, haciendo irrespirable el clima laboral diario al sentirse continuamente vigilado y controlado.
Por eso, desde la CTA veíamos cómo esta pasada huelga general se presentaba como una oportunidad inmejorable para los trabajadores de Ayesa AT de ejercer su derecho a huelga y demostrar a gobiernos y, de paso, a la dirección de la empresa que los trabajadores estamos hartos de ver cómo nos empobrecemos por cada día que pasa. De esta forma, desde esta sección sindical, hemos observado que esta huelga general ha obtenido en Ayesa AT un seguimiento alto y que se ha visto respaldada por una buena cantidad de compañeros.
No obstante, desde la CTA, no consideramos la pasada huelga general como un fin en sí mismo; de hecho, aún no se han apreciado movimientos que vayan a resultar un alivio o que vayan a mejorar nuestras condiciones. Una Huelga General para cumplir el trámite, a pesar de producirle una merma puntual en la obtención de plusvalía, no deja de ser un acto anecdótico pero que si se realizar de manera aislada no hará tambalear a los cimientos de este sistema, ya que los empresarios tienen margen de maniobra para recuperar durante el resto del año y, sobre todo, gracias al favorable marco laboral que les ofrece el gobierno. Así, por ejemplo, se les permite a las empresas redistribuir libremente la jornada de trabajo hasta en un 10% de la jornada anual con lo que les da la herramienta perfecta para minimizar esos “daños” producidos. Eso sí, siempre con el beneplácito y la bendición de los cómplices necesarios en esta traición, que son los sindicatos mayoritarios, firmando acuerdos con la patronal CEOE. Basta ver el II AENC en el que se establecían las bases de la última reforma aprobada por el gobierno.
La CTA considera la huelga como una herramienta más de cohesión para que la clase trabajadora, a través de esta experiencia, vaya adquiriendo mecanismos de unión y defensa de sus intereses así como una especie de “escuela de lucha” para una mayoría de trabajadores sin experiencia combativa en términos de la defensa de las condiciones laborales. En una huelga, un trabajador comparte experiencia con otros trabajadores, se da cuenta de que sus problemas no son exclusivos de su empresa ni están provocados por el carácter o dirección de un empresario determinado sino que es propio del propio sistema y así, va adquiriendo consciencia de su situación, y actuando, por lo tanto, más como clase que como trabajador individual. De esta manera, una huelga es un momento en el que se acumulan fuerzas para acudir al siguiente evento, a la siguiente lucha, reforzados. Entendemos que solo de esa forma podremos volver a conquistar mejoras que repercutan en nuestra calidad de vida.
Como punto final desde la CTA podemos calificar la pasada huelga general como un punto de partida que los trabajadores deben tomar para continuar la senda del trabajo que conlleva la defensa de sus intereses, tanto en Ayesa AT como fuera de ella, considerando que no puede ser un colofón sino un comienzo.
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