Estimado/a compañero/a,
La Dirección de la empresa tiene mucho interés en que mañana acudas al tradicional —y desde 2011 acto de manumisión, que no de confraternización—, llamado “comida de Navidad”, para que, conjuntamente, demos gracias por:
Los innumerables despidos (reales y encubiertos) llevados a cabo hasta la fecha. Acuérdate de esos excompañeros a los que tanto has llorado cuando brindes en la comida.
Los traslados injustificados a otras sedes o países. ¡Lástima, estos no van a poder asistir!
La congelación de nuestro sueldos. Cuando “pilles” un bocado piensa en quién lo está pagando.
La modificación sustancial de la condiciones de trabajo que nos privó del tiempo de desayuno y de los tres meses de jornada intensiva en verano; que nos endosó una bolsa de horas y una jornada laboral de cómputo anual en lugar de semanal como lo había sido siempre; que nos exige tomar las vacaciones de una forma peculiar…
La absorción de la antigüedad.
Que te controlen el tiempo hasta cuando vas a mear. Pregúntale, si no, a los compañeros de Vega del Rey
Etcétera, etcétera.
Recuerda lo que decía don José Luis en su correo de la Navidad de 2012:
«No es fácil buscar la complicidad en el trabajo cuando nadie garantiza tu puesto ni la forma de vida que habías logrado alcanzar en estos años».
Por eso, tú vas a asistir a esa comida, porque te cuenta la verdad, eso es honestidad por ambas partes.
El Sr. Manzanares también decía:
«Sin embargo hay una cosa clara, las crisis se pueden superar, lo perdido se recupera, la derrota puede transformarse en victoria. La Historia lo atestigua. Existe una sola fórmula: luchar. Los lamentos y las protestas son muy humanos, pero no conducen a nada. Llora, chilla y patalea que nadie te dará nada a cambio. Ponte a pelear enseñando los dientes y las empresas rivales que quieren tu mercado retrocederán».
Por tanto, aplícate el cuento y hazte eco de sus palabras: “Existe una sola fórmula: luchar”.
Y continuaba con:
«La crisis actual es económica, por tanto la guerra en la que estamos inmersos, y donde Europa entera está siendo derrotada, también. Para ganarla y recuperar lo perdido solo hay un arma: el trabajo bien hecho. La entrega, el rigor, la calidad y la competitividad constituyen el empeño personal en el manejo de ese armamento. Y no cabe la batalla en solitario. Los ejércitos enemigos son poderosos y organizados. Si queremos vencerlos tenemos que unirnos, cerrar filas y ser muchos.»
Compañero, los mismos que nos llaman a la comida de empresa para que, con nuestra presencia, se endiosen todavía más, son aquellos que nos niegan nuestro trabajo y nuestras condiciones económicas así como destrozan nuestro futuro. La única salida que tenemos los trabajadores es, como bien dice y ejecuta la Patronal, unirnos, organizarnos y luchar por nuestras condiciones y nuestro futuro. Es nuestro deber reforzar el bando de los trabajadores para conseguir estos objetivos y, el día de mañana, cuando el empresario nos vea acudir en masa a sus eventos, que sea plenamente consciente de que lo haremos para reclamarle lo que por derecho nos pertenece y no para reirle las gracias como hace el siervo al “señorito”.
POR LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES ¡FORTALECE AL COMITÉ DE EMPRESA!
CONSTRUYE Y REFUERZA LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES ¡AFÍLIATE A LA CSC!
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