Pero no nos puede extrañar que esto ocurra, ya que está en la propia naturaleza empresarial querer aumentar los beneficios al máximo. Unos beneficios que no pueden aumentar si a su vez se incrementan los salarios. Esto no es más que el reflejo de la lucha de clases, una lucha que sigue existiendo a pesar de que los grandes partidos y sindicatos del sistema (CCOO y UGT) no hablen de ella. Estas organizaciones, que a la hora de pedir el voto se llenan la boca con palabras en defensa de la clase trabajadora, no hacen más que aplicar medidas que para nada van en favor de la clase obrera, ya que en ningún momento atacan a la clase que nos oprime: la clase capitalista. Estas organizaciones se han "olvidado" de que las grandes victorias de la clase trabajadora no se han conseguido negociando con la patronal, si no con lucha, organización obrera y utilizando la mayor herramienta de los trabajadores: la huelga. Así, la jornada laboral de 8 horas, se consiguió tras 44 días de huelga en la conocida como La Canadiense. Así es también como la clase trabajadora francesa protesta frente al aumento de la edad de jubilación. Unas protestas a las cuales Pepe Álvarez, dirigente de UGT, ha tenido la poca vergüenza de asistir mientras que aquí firma el deterioro de las pensiones de la clase trabajadora. Frente al empobrecimiento de la clase trabajadora no cabe pactar con la misma clase que nos oprime, sino enfrentarnos a ella a través de un sindicato de clase, que en el Estado español está representado por Alternativa Sindical de Clase (ASC), sindicato de la Federación Sindical Mundial (FSM), y en base a lo que históricamente se ha demostrado como la herramienta más eficaz: lucha y organización obrera. |
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