Los empresarios siempre están exigiendo sobreesfuerzos, austeridad, trabajar más por menos, incrementar las jornadas de trabajo. En definitiva, acrecentar la explotación del trabajador en aras de una falsa solidaridad que a lo único que conduce es a incrementar el paro, la precariedad y la miseria en las filas de los trabajadores. Así mismo, apelan a un falso sentido patriótico y a que los trabajadores arrimemos el hombro en aras de su patria.
El abecé de la falsa e hipócrita retórica de los empresarios la conocemos en AYESA AT, en los innumerables cuentos de caminos que D. José Luis Manzanares nos ha enviado en forma de escritos bélicos de barcos y océanos. Por ejemplo, podemos recordar uno, en enero de 2012, en el que nos señalaba lo siguiente: "Este es un barco que compite en la dura olimpiada de la supervivencia y precisa de la dedicación y entrega de todos sus remeros. Quien escurre el bulto, o rema a contracorriente, traiciona a los demás.".
La clase trabajadora no escurre el bulto sino que genera toda la riqueza que los empresarios y su Estado les roban. Pero, ¿quién escurre el bulto y traiciona a los demás? Leamos a Intermon Oxfam:
- "Las familias aportaron un 91,52% de la recaudación de 2011 (último años del que existen datos desagregados), mientras que las grandes empresas sólo contribuyeron en un 1,98% a la recaudación total del Estado en ese mismo período. Es decir, que las familias aportaron 46 veces más que las grandes corporaciones. En 2012 (últimos datos disponibles pero no desagregados por tipos de empresas) la tendencia se mantiene: los ciudadanos españoles aportaron al Estado 139.737 millones de euros, lo que supone el 90,76% de los ingresos totales del Estado. Sin embargo, en el mismo ejercicio, tan solo el 9,24% de lo recaudado provino del conjunto de las empresas, con un total de 14.529 millones."
- "España recauda poco y mal y desde el inicio de la crisis ha pedido un esfuerzo titánico a las familias y las clases medias. Mientras, permitimos que las grandes empresas se embolsen miles de millones de euros en beneficios fiscales, que podrían financiar las políticas sociales y la cooperación al desarrollo con países más necesitados que están siendo recortadas en nuestro país".
- "Desde 2007, el tipo general del Impuesto sobre Sociedades es del 30% para las grandes empresas y del 25% para las PYMES. Sin embargo, el tipo efectivo que soportan (es decir, lo que realmente pagan sobre sus beneficios) es muy inferior. Gracias a la aplicación de exenciones y a mecanismos de planificación fiscal, en 2011 los grupos consolidados de grandes empresas pagaron de media un 3,5% sobre su resultado contable, y cerca del 17% los grupos no consolidados y las PYMES. En ambos casos, muy por debajo del 22% que soporta un ciudadano medio (26% si se incluyen las cotizaciones sociales). En 2011 las pequeñas y medianas empresas (PYMES) aportaron el 76% de la recaudación por impuesto de sociedades a pesar de que su volumen de beneficios fue 32 veces menor que el de las grandes empresas".
- "Los beneficios fiscales concedidos a las empresas en 2011 ascendieron a un total de 28.210 millones de euros, lo que equivale al presupuesto para educación de todas las comunidades autónomas excepto Andalucía. Y que el 80% de dicha cifra correspondió a las grandes empresas. Es decir, que obtuvieron ventajas fiscales de 22.687 millones en un ejercicio en el que solo abonaron 3.012 millones en impuesto de sociedades (menos de 7,5 veces la cantidad 'perdonada' por Hacienda)".
Según el Sindicato de los técnicos del Ministerio de Hacienda, GESTHA, las grandes fortunas y las empresas concentran el 71,8% del fraude fiscal o, lo que es lo mismo, defraudan más de 42.000 millones de euros al año. El gobierno de los empresarios no sólo les concede beneficios fiscales sino que también les hacen amnistías fiscales, les bajan los impuestos y hacen la vista gorda ante todos los atropellos de éstas. Y es normal, pues todos los partidos políticos les deben dinero a los bancos que, a la postre, son los que se sientan en los Consejos de Administración y financian a las empresas.
Los trabajadores, como se comprueba, no sólo generan todo sino que son los que sufragan el coste de un Estado que distribuye los recursos económicos a favor de los empresarios y que es un instrumento de éstos por el que obtienen impunidad, por un lado, y reprimen al trabajador por el otro.
Queda claro entonces quiénes traicionan al Pueblo y quiénes escurren el bulto: La burguesía. Y también queda claro a quién sirve el Estado: mientras a los trabajadores les hacen leyes – como las Reformas Laborales y los recortes sociales – por los que les condenan al paro, la miseria, la precariedad, el hambre, los suicidios y la falta de futuro, mientras se nos señala como culpables de los males de la sociedad y se nos niega incluso a ponernos enfermos, empoderando a las mutuas para que nos persigan como supuestos defraudadores, a los empresarios les dan dinero, les hacen leyes a medida para explotar más a los trabajadores y se hace la vista gorda ante todos los atropellos desde los juzgados, las Inspecciones de Trabajo o de Hacienda, etcétera. Fijaos en la siguiente ilustración:
La desmovilización, las traiciones de las organizaciones que supuestamente decían defender a los trabajadores pero están a sueldo de bancos y del Estado y la falta de lucha nos ha traído a la clase trabajadora al lugar en el que nos encontramos. Es hora de romper con esta situación, es la hora de la movilización y la organización, del fortalecimiento del sindicalismo de clase (CSC) y de luchar con todas nuestras fuerzas contra los parásitos que nos venden y nos roban el futuro y de los trabajadores y, como clase, colocarnos a la vanguardia de la lucha por la defensa de nuestros intereses, para conseguir todo porque todo hacemos.
Sección Sindical de la Coordinadora Sindical de Clase (C.S.C.)
0 comentarios:
Publicar un comentario