Indra fue una empresa pública que se ha ido privatizando con el paso del tiempo y que, actualmente, cuenta con un 20% de titularidad pública a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). Indra pasó de más de 115 millones de beneficio en 2013 a más de 90 millones de pérdidas en 2014; muy sospechoso, verdad? Como veis, la empresa de la que hablamos, Indra, guarda similitudes con la nuestra, Ayesa AT.
El pasado 25 de junio, la dirección de Indra presentó a la plantilla el inicio de un ERE de 1850 trabajadores (aproximadamente un 15% de la plantilla). La justificación que realizaban los directivos para aplicar el ERE se basaba en los siguientes puntos:
- Reestructuración y reorganización de las áreas española y latinoamericana.
- El ahorro de 120 millones en costes, incluido en el Plan Estratégico de la Empresa.
Estos motivos no se justifican si tenemos en cuenta, por ejemplo y según noticias aparecidas en prensa, que después del ERE se han realizado pagos obscenos e indemnizaciones millonarias a directivos (las últimas han sido 3 indemnizaciones de 4 millones de euros cada una).
Después de anunciar el ERE la Empresa, y tras un periodo de resistencia ficticia por toda la Representación Legal de los Trabajadores (el Comité, que está formado por CCOO, UGT, STC, USO, CGT y Co.Bas), se vislumbraron las verdaderas intenciones de los sindicatos firmantes del ERE (CCOO, UGT, STC y USO) y, a la postre mayoría sindical: aceptar el ERE. Esta firma complica mucho la reclamación por la vía jurídica de un ERE sin motivación.
Y es que el modo de actuar de estos sindicatos viene siendo tozudo y se repite insistentemente allí donde están implementados. Las fases de este modo de operar son habitualmente éstas:
- Inicialmente los representantes de los sindicatos firmantes de ERE’s (CCOO, UGT, STC y USO) se oponen rotundamente al ERE y aparecen las cúpulas sindicales.
- Llamamiento a la unidad sindical, que no es lo mismo que la unidad de los trabajadores. Este paso de manual es tremendamente importante si existen sindicatos combativos y se utilizará como arma arrojadiza sobre los mismos durante todo el proceso.
- Llamamiento a ver el resultado de las negociaciones e iniciar movilizaciones de poco impacto para la Empresa. Si los sindicatos combativos piden acciones contundentes, éstas serán desprestigiadas y seguramente se apelará a la unidad sindical.
- Finalmente, estos sindicatos firmantes de ERE’s anunciarán avances en las negociaciones. La realidad es que las mejoras son pírricas o, directamente, es la postura escondida por la Empresa para fingir que existe una negociación. En el caso de Indra sólo se ha reducido en 100 el número de despidos y se ha aumentado la indemnización a 40 días/año. Si aparecen movilizaciones contundentes, se tacharán de radicales y se extenderá el derrotismo sobre esta vía.
- Recta final. Se presenta la oferta de la empresa como lo mejor ante el caos (justificándolo como un mal menor). En este punto ya suele existir un preacuerdo para el ERE. Se le intenta dar un barniz de democracia al proceso con una consulta a toda prisa y donde los trabajadores, engañados y atemorizados, aprueban la traición. Aquí ya se ha producido el “todos ganan”, menos para los trabajadores, evidentemente.
- Resultado: El ERE sale adelante dejando atrás a los trabajadores en la calle y sin posibilidad de reclamar individualmente. Se paga a esos “sindicatos” por los servicios prestados. Y esos “sindicatos” acusan a todo el que quiere plantar batalla de irresponsable y se manipula todo lo sucedido para lavar su propia imagen.
Las consecuencias de esta traición es que desaparecen puestos de trabajo con mejores condiciones, más dignas, siendo sustituidos (no todos) por nuevos contratos más precarios. Es de justicia luchar para que los puestos de trabajo no se pierdan y no se sustituyan por otros con peores condiciones; es de justicia luchar para que los trabajadores vivamos de nuestro trabajo decentemente.
Pero estos procesos y sus resultados nos dan una enseñanza: sólo la unidad de los trabajadores en sus reivindicaciones y organizados en torno a un verdadero sindicato de clase y combativo tienen la victoria asegurada en la lucha. Hemos de perseguir el noble fin de conservar los puestos de trabajo, conseguir mejoras y legarlas a las generaciones venideras. En caso contrario, el seguidismo a las posiciones de esos “gestores laborales” que son CCOO, UGT, USO, y alguno más, sólo dejará una política de tierra quemada.
A continuación os copiamos un gráfico de CGT que resume esta táctica de lo que han bautizado como el “ERE amistoso”.
Sección Sindical de la Coordinadora Sindical de Clase (C.S.C.)
0 comentarios:
Publicar un comentario