Las subidas salariales pactadas en los convenios suscritos por CCOO y UGT ascendían en agosto de 2021 al 1,56%, muy por debajo del 4% que, según el INE, está subiendo la carestía de vida. Asimismo, en septiembre, mediante pacto del Gobierno, "el más progresista de la historia" —nótese el entrecomillado—, CCOO y UGT, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) subió la friolera de 15 euros mensuales, o lo que es lo mismo, una subida en torno al 1,6% que, teniendo en cuenta que es efectiva desde septiembre de 2021, la subida real del SMI para el año 2021 hay que ubicarla en el 0,53%, muy por debajo del 4% de subida del IPC que, a final de año, promete estar entre el 5 y el 6%. La Organización de Consumidores y Usuarios señala que el precio de la luz ha subido en septiembre de 2021 un 47% para el mes de septiembre. |
Podríamos continuar con el incremento del precio de la gasolina y del gasoil, que han aumentado en lo que va de año en torno al 36%, por no hablar del incremento en los precios de la alimentación y muchos otros bienes necesarios para la vida diaria de los hogares trabajadores. Esta realidad de reducción de los salarios reales que hace que los trabajadores cada vez puedan adquirir menos mercancías necesarias para sus vidas no es novedoso, sino que es el papel que los sindicatos amarillos del Estado —CCOO y UGT— han jugado durante estos últimos 40 años con la llamada política de "moderación salarial", a cambio de suculentas prebendas con generosas subvenciones y ayudas públicas, como son la cogestión de pensiones privadas en las grandes empresas y por no hablar de las corruptelas de ambos sindicatos. Esos sindicatos amarillos (CCOO-UGT) han jugado un papel esencial para los empresarios, pues, aparte de firmar todo tipo de despido colectivo —ERE—, todo tipo de retroceso, de ser esenciales para certificar la política económica del Estado dictada por la CEOE basada en la reducción de los salarios, en la temporalidad y en la transferencia de rentas del trabajo hacia las rentas del capital, han sido la parte esencial para inocular la ideología de los empresarios en los trabajadores, la pieza fundamental de la desmovilización de los trabajadores, de la insolidaridad, del egoísmo y el individualismo, de vender a los propios compañeros y compañeras permitiendo que los empresarios coaccionen impunemente a los trabajadores. Esa forma indecente de actuación de esos sindicatos financiados por el Estado de la Patronal, por el Estado de la burguesía, sirve a los Empresarios a través de todos sus medios de propaganda —empezando por los sicarios que hablan en tertulias radiofónicas y televisivas, así como sus plumillas de la prensa que todos ellos prostituyen a esa profesión— para cerrar el círculo en su inoculación de su ideología reaccionaria, mostrando la faz corrupta de los sindicatos que sufraga y generalizándolo para que el trabajador niegue a la organización económica y política de la clase obrera, que es el sindicato de clase, y asimile el "sálvese quien pueda", para aislarlo completamente (como se reflejan en las expresiones "todos son iguales de corruptos" o "se pelean entre ellos para sacar su tajada", expresiones todas ellas que garantizan la hegemonía ideológica del empresario, el triunfo del empresario que ha conseguido que el trabajador se haya prostituido totalmente en términos ideológicos, es decir, que su alienación sea completa) para así poder someter, no sólo a ese trabajador, sino a toda la clase obrera, la cual los empresarios persiguen aniquilar haciendo que no tome conciencia de lo que es y cómo debe actuar, como una clase social subyugada que tiene la misión histórica de emanciparse. Ese es el papel miserable para el que están diseñados los sindicatos amarillos como CCOO y UGT, y esa es la labor de clase que realiza la Patronal, responsable real de la corrupción que es la fórmula mediante la que los Empresarios ejercen su poder en el Estado. Esa es la manera general de cómo los empresarios actúan contra los trabajadores, del papel miserable y traidor de los sindicatos amarillos fomentados por los empresarios y su Estado, porque no olvidemos que el Estado es el instrumento que le permite al Empresario someter al trabajador y que legaliza la explotación y el robo. Y esta forma de actuar es la que lleva a los trabajadores a la indefensión. Indefensión que no es consecuencia de la falta de fuerza que los trabajadores tenemos cuando actuamos como clase, cuando actuamos organizados bajos los principios propios de nuestra clase, como son la solidaridad, la nobleza, el valor colectivo, la generosidad, la fraternidad, la rebeldía y la constancia, sino de los efectos de la acción de los sindicatos amarillos que es la herramienta fundamental que tienen los empresarios contra los trabajadores. De hecho esta forma de actuar de los empresarios contra los trabajadores es la constatación de que los trabajadores tenemos la solución en nuestras manos siempre que hagamos lo opuesto a lo que los empresarios pretenden que hagamos. Contra el individualismo, organización de clase. Contra el egoísmo, generosidad. Contra la insolidaridad, solidaridad. Contra la sumisión, rebeldía. Esta realidad en AYESA AT tiene una concreción que se visualiza de manera muy clara y que debe hacernos reflexionar a los trabajadores de AYESA AT. No son pocos los foros —sistemas de conciliación, juzgados, los propios centros y equipos de trabajo— donde la Dirección de AYESA AT no duda en vilipendiar a la organización de los trabajadores, a CSC, acusándonos con todo tipo de falsedad, a la par que a sus sindicatos amarillos (CCOO-UGT) los ensalza y dice de ellos que son "responsables". Y es lógico que la Dirección de AYESA AT lo haga, pues mientras sus secciones sindicales amarillas (CCOO-UGT) traicionan a los trabajadores firmando todas las traiciones que les ponen por delante y blanquean los atropellos, mientras que sus sindicatos amarillos no constituyen el CSS del centro de trabajo de Sevilla o inutilizan el Comité de Empresa del Centro de Trabajo de Sevilla, mientras sus sindicatos amarillos revientan todo tipo de organización reivindicativa de los trabajadores, los dividen y hacen que los trabajadores asuman como natural la ideología reaccionaria de la empresa y la vean como la única posible, CSC se rebela contra todo ello pretendiendo poner en pie a la plantilla, pretendiendo que la dignidad y los principios de los trabajadores sean recuperados por una plantilla que durante muchos años escribió páginas de dignidad y de lucha. Es hora de dejar de ser lo que no somos y volver a ser lo que nos corresponde ser, motor de cambio para establecer unas relaciones laborales más justas y más igualitarias. Es hora de romper el individualismo y el egoísmo y ser conscientes que sólo nos tenemos a nosotros mismos para defendernos pues los empresarios tienen a su Estado, a sus políticos —que sacan de sus consejos de administración para ponerlos en el Consejo de Ministros y hacen políticas favorables a ellos—, a sus jueces, a sus policías, a sus sindicatos amarillos y no podemos permitir que tengan también a nuestros hermanos, a nuestros compañeros, a los trabajadores. ¡Es doloroso comprobar cómo en la mayoría de juicios van compañeros y compañeras a declarar como testigos contra otros trabajadores/as, no dudando, muchas veces, en incurrir incluso en falsos testimonios al objeto de servir a la Empresa, colaborando con ésta en los engaños que hace en sede judicial! ¿Cómo nos van a respetar a los trabajadores si actuamos de manera indigna y desleal para con nosotros mismos tal y como pretende la Empresa? Los trabajadores no podemos permitirnos esto, si seguimos por esta senda lo único que nos puede esperar es la miseria espiritual y material. Lo perderemos todo, el pan y la dignidad. Sin embargo, si actuamos de la manera antagónica a como los empresarios y sus sindicatos amarillos nos inculcan, avanzaremos sin duda alguna porque nosotros somos los que movemos todo, nosotros somos los que generamos la riqueza y los beneficios con nuestro trabajo. De nosotros los trabajadores depende estar en el matadero al que nos conducen nuestros enemigos, o alzarnos organizados y conquistar nuestra dignidad y condiciones de vida más justas para los trabajadores. ¡De nosotros depende! |
0 comentarios:
Publicar un comentario