Cuando se habla de "normalizar" algo suele ser con un sesgo positivo. Dentro y fuera de las redes sociales encontramos llamadas a normalizar todo, desde los cuerpos posparto hasta tener conversaciones sobre la salud mental. La idea, por supuesto, es romper los tabúes poco beneficiosos y que pueden ser hasta peligrosos. Pero hay otro tipo de normalización de la que mucha gente es poco consciente, es menos deliberada, más perniciosa y puede ser dañina. Es la normalización de las situaciones y eventos que realmente no deberían ser "normales", es más, que es un crimen en un sistema como en el que vivimos, como son los despidos. El despido es un acto de deshumanización absoluta, negando al obrero el derecho al trabajo, que implica la forma de interrelación social del obrero y quitarle su fuente de vida. Piensa, por ejemplo, en Palestina. Los efectos traumatizantes al comienzo de este acto de genocidio eran nuevos e inesperados. A medida que el tiempo ha pasado, la cobertura mediática todavía sigue, pero ahora, una vez "asumido" por el pueblo, tiene menos probabilidad de encabezar las noticias o ser temas de conversación. Esta "desensibilización" o "habituación" también es aplicable al día a día. Asumimos como algo natural la explotación de los trabajadores, la vulneración de los derechos de los trabajadores por parte de los empresarios, la precariedad, el racismo, la negación del derecho al uso y disfrute de un techo, a una vivienda, por unos precios prohibitivos que convierten un derecho en una mercancía, al igual que pasa con la salud o la educación pública, o lo que es lo mismo, asumimos como natural situaciones de barbarie, inhumanas, que profundizan en la deshumanización y, por tanto, que son completamente antinaturales. El mundo está en permanente movimiento, en permanente transformación, en permanente cambio. En el terreno social, este movimiento es producido por la lucha de contrarios entre los intereses de los que pretenden acumular más y más capital (los empresarios) a costa de ampliar la brecha social, la desigualdad y, por consiguiente, la pobreza y de sacrificar a la mayoría de la humanidad (clase obrera). Este hecho implica que conforme más se decanta la balanza a favor de los primeros el mundo tiende hacia una mayor deshumanización, y cuanto más se desliza en favor de los más, de los que sufren la pobreza, en favor de la igualdad social el mundo se humaniza. Por consiguiente, los empresarios necesitan incidir en el pensamiento de las masas trabajadoras mediante todo tipo de propaganda y medio de manipulación de las masas ─llamados medios de comunicación─ para que la humanidad asuma como natural, con invariable, como inmutable, lo antinatural, la barbarie, la desigualdad, lo estático, en definitiva, la deshumanización que es, justamente, lo contrario, la negación de lo que somos tanto como humanidad, a nivel social, como a nivel de la materialidad del universo. Entonces, ¿qué podemos hacer? ¿Cómo estar al tanto de las noticias ─como los despidos de nuestros compañeros─ sin que nos abrumen o nos insensibilicen? Lo primero es romper con el aislamiento y organizarte con aquéllos que son como tú y tienen los mismos intereses que tú. Y cuando se trata de noticias, y hablamos de los comunicados de las secciones sindicales, hay que consumirlas más conscientemente, no quedarse en los titulares o su espectacular diseño. Busca los datos que aportamos desde ASC y contrasta los análisis que hacemos con los (inexistentes) de otros sindicatos. Y, sobre todo, mira hacia delante, ¿qué podría significar esto para el mañana? No te permitas caer en la normalización de lo anormal.. Toma un momento para reflexionar. ¿A qué cosas te estás acostumbrando que realmente desearías que no sucedieran? Sólo entonces puedes plantearte tomar algunas acciones. Se trata de enfrentarse a la deshumanización con humanismo, incluyendo acciones cotidianas tan simples como compartir el conocimiento sobre un tema. Si hay algo en la empresa que no te gusta que empieza a sentirse "normal", háblalo con tus compañeros o, mejor aún, escríbeles a tus representantes sindicales (la cuenta de la sección sindical de ASC es ASC_AAT@ayesa.com) y, como te dijimos en un comunicado anterior, nunca te dirijas a la cuenta de correo del Comité de Empresa, solo dos personas (el presidente y el secretario), ambos de UGT, tienen acceso a ella y como hemos denunciado en otras ocasiones, no comparten la información con el resto. Convierte en un hábito el estar en contacto con los representantes sindicales de ASC, con los que formas parte. |