El trabajador o trabajadora, desde que se incorpora a una empresa, se enfrenta a la confrontación de intereses contrapuestos: los de los dueños de la empresa, que buscan ganar más dinero, y los del trabajador o trabajadora, al que solo se le da una pequeña parte de lo que produce, busca unas condiciones dignas para subsistir y seguridad. El dueño de la empresa aspira a obtener más beneficios cada año y eso lo consigue a costa de las condiciones de la plantilla, bien sea aumentando el grado de explotación o, directamente, sustituyendo a trabajadores/as con condiciones más o menos dignas por personal con menos salario, por ejemplo. Al contrario, cuando el trabajador reclama mejores condiciones siempre son a costa de los beneficios que desea obtener el dueño de la empresa. Muchos trabajadores piensan que, desde su posición individual, tienen capacidad de "negociar" mejores condiciones para sí mismo, sin tener en cuenta que cuando un trabajador o trabajadora se enfrenta a la empresa, se convierte en una lucha entre David y Goliath. Las empresas tienen desplegada toda una maquinaria para organizar el trabajo y es la que impone las condiciones, aunque falsamente el/la trabajador/a piense que puede negociar sus condiciones. Además, las empresas, entre sí, se organizan en patronales desde las que imponen las condiciones a toda la clase obrera. Por ejemplo, para contrarrestar las subidas salariales, la patronal incentiva la movilidad de los trabajadores entre empresas, para que éstos no generen antigüedad y que, en el caso de que llegue esa antigüedad, ésta sea absorbida. Pues bien, al igual que las empresas se organizan para imponer sus condiciones, los trabajadores necesitan organizarse, bien dentro de su empresa, bien a nivel sectorial. Esta es una necesidad básica, pues luchando de manera organizada y masiva es cuando los trabajadores y trabajadoras podemos arrancar mejoras. En definitiva, fortalecer la organización es acumular fuerzas para confrontar de manera más eficaz a la otra parte a la que quieres arrancarle mejoras. Así, cuando desde ASC llamamos a fortalecer el sindicalismo de clase, no es un lema vacío de contenido, sino que tiene una carga profunda. Lo que llamamos es a que la plantilla actúe de manera organizada para defender sus intereses, como un bloque con fuerza suficiente, de manera que si no son satisfechas sus demandas, tenga la capacidad de movilizarse para forzar a conseguirlas. Por lo tanto, la organización es necesaria para avanzar en derechos. Cuando los derechos se "negocian" a nivel individual, éstos desaparecen cuando la persona abandona la empresa, sin embargo, los avances colectivos permanecen para los que están en la actualidad y para los que lleguen después. Además, aunque sea una obviedad, del avance colectivo también se beneficia un trabajador o trabajadora individualmente. Sin embargo, al contrario no es así, de un avance individual no se transfiere al colectivo. |
El Comité de Empresa y las secciones sindicales en las empresas La forma más democrática de representación de la plantilla es el Comité de Empresa. El Comité de Empresa es votado cada cuatro años por toda la plantilla y, por tanto, representa a todos los trabajadores. Existen comités de empresa a nivel de centro de trabajo (como, por ejemplo, el Comité de Empresa del centro de trabajo de Sevilla en AYESA AT) o a nivel de toda la empresa. Si hay representación de trabajadores en solo algunos centros de una misma empresa, habrá trabajadores que no dispongan de representantes votados por ellos a los que acudir. Sin embargo, además de la representación democrática directa del Comité de Empresa o delegados de personal (en el caso de empresas o centros de trabajo con menos de 50 trabajadores), los trabajadores y trabajadoras nos podemos organizar en sindicatos. De hecho, esta es la organización inicial más sencilla, puesto que en empresas donde aún no hay representación a través de comités o delegados de personal, es necesario empezar a organizarse para encontrar candidatos, para conocer cómo convocar unas elecciones sindicales, etc. Sois muchos los que acudís a nuestra sección sindical para resolver dudas, para conocer vuestros derechos, etc. Sin embargo, esto no se puede considerar aún, propiamente, una organización de trabajadores como tal. En este sentido, queremos dejar bien claro que UN SINDICATO NO ES UNA GESTORÍA LABORAL, aunque parte de nuestro trabajo sindical sea el de asesoraros en vuestros derechos. El trabajador o trabajadora debe ser consciente de que, para que haya una organización sindical a la que acudir, ésta debe existir (una nueva perogrullada) y para que exista, debe ser fruto del fortalecimiento de la misma. Porque el sindicato no es una organización externa, una gestoría a la que acudir cuando tenemos un problema y luego olvidarnos. Los delegados de ASC, ya sean del Comité de Empresa, delegados de personal o los delegados del sindicato no somos funcionarios del sindicalismo, no estamos liberados, no cobramos por ello, de hecho nuestro sindicato rechaza la figura del liberado sindical. Somos tus compañeros, estamos en el día a día a tu lado, nos puedes poner cara, ya sea para sacar el trabajo en tu proyecto como para ayudarte y defenderte en el día a día. En definitiva, si la organización de los trabajadores es fuerte es por el respaldo que le da la plantilla, la organización se sostiene por el trabajo militante de sus afiliados y delegados, con su dedicación desinteresada y no mediante salarios, lo que nos haría convertirnos, más que en un sindicato, en una empresa. Pero somos conocedores de que no todos pueden estar en primera línea, ya sea por falta de tiempo o por falta de conocimiento, pero existen muchas formas de fortalecer la organización: la más sencilla, la de afiliarse a un sindicato que sepas que te va a defender de manera firme y determinada. Afiliarse dota de recursos al sindicato, máxime cuando ese sindicato no recibe subvenciones del Estado ni ningún tipo de financiación externa. Como se suele decir, "el que paga manda". Si el que paga es el Estado, jamás te defenderá de los abusos del Estado. Por ejemplo, llevamos más de ¡12 años! sin una huelga general, a pesar de reformas laborales infames contra los trabajadores, de los pensionazos, etc. Pero, ¡cómo van a morder UGT y CCOO la mano que les da de comer! Si el que paga es el/la trabajador/a, son éstos los que deciden el rumbo a seguir y las acciones a tomar, sin hipoteca ni atadura alguna. |
El papel desmovilizador de UGT y CCOO Como te decimos, cuando la organización la sostienen únicamente los trabajadores con sus cuotas, éstos son los que dirigen el rumbo del sindicato. Sin embargo, hay sindicatos como UGT y CCOO que viven de las subvenciones y prebendas que les da el Estado y algunas empresas. En algunas empresas, como Telefónica o Panrico, estos sindicatos reciben prebendas a cambio de la "paz social", que en román paladino, significa que el papel de estos sindicatos se convierten en desmovilizadores de las plantillas, a cambio gestionar planes de pensiones de empresas (en el caso de Telefónica) o de directamente 30.000€ anuales, como en el caso de Panrico. En el caso de AYESA desconocemos si existe algún tipo de acuerdo de este tipo, pero sí podemos decir con certeza que UGT nació del departamento de RRHH, donde el máximo responsable de dicho departamento (ya jubilado) era un notable afiliado a ese sindicato y se encargó de reclutar a trabajadores, a través de responsables de proyectos, para contrarrestar la candidatura que nació espontáneamente de los trabajadores, PARATO2, que fue el germen de lo que es actualmente ASC. Y si nace del departamento de RRHH no es precisamente para defender los intereses de los trabajadores, sino para entorpecer y contrarrestar la organización que emana de los trabajadores. Pero no hace falta remontarse a aquellos años ─más concretamente, en 2009─, sino que últimamente podemos ver casos flagrantes a través del Presidente del Comité de Empresa y su secuaz escudero, el Secretario del mismo, y ambos reclutados en 2009 por RRHH. Hemos de recordar que si el actual presidente y su secretario están en esos puestos es, por un lado, por el voto de los trabajadores, pero, más que nada, porque la gran mayoría de los trabajadores decidieron no participar en las últimas elecciones sindicales, en las que más de la mitad de la plantilla ni siquiera se acercó a votar, es decir, el Comité de Empresa surgido de dichas elecciones ni siquiera tiene el respaldo de la mitad de la plantilla. En estos casi dos años que llevamos con este Comité de Empresa, UGT y CCOO han finiquitado la participación y la representación de la plantilla, sin convocar un pleno ordinario del Comité de Empresa desde hace un año, a pesar de que la legislación obliga a que se convoque, al menos, cada dos meses. Pero no solo eso, UGT y CCOO niegan la participación de la plantilla, la participación más democrática ─la asamblea de trabajadores─, impidiendo con sus votos que los trabajadores se puedan expresar y decidir de manera directa y sin esperar cada cuatro años para hacerlo. En definitiva, UGT y CCOO le está negando a la plantilla su participación, paradójicamente, con el apoyo (por acción u omisión) de la propia plantilla, es decir, UGT y CCOO, como "engendros" creados por la empresa y para garantizar la defensa de sus intereses, simplemente se presentan a unas elecciones para inutilizar y anular la representación de los trabajadores. He ahí que maniobren junto a la dirección de la empresa para manipular las elecciones sindicales a su antojo, para mantener el control sobre la representación de los trabajadores y evitar que la plantilla, como colectivo, avance en derechos. Porque la empresa sabe perfectamente que la plantilla avance en derechos, va a ser a costa de los beneficios de los dueños de AYESA. Y la dirección de la Empresa sabe perfectamente a quién apoyar para que sus intereses se vean garantizados. Hacemos, por tanto, un llamamiento a la plantilla a la reflexión, en primer lugar, de que apoyar a estos sindicatos, ya sea con sus votos, ya sea engrosando sus filas, es dispararse en el pie, pues es darle el apoyo al que le niega la participación, al que lo aparta de la capacidad de decidir en la solución a sus problemas, en definitiva, a robarle su representatividad. En segundo lugar, hacemos un llamamiento a fortalecer el sindicalismo de clase, que en AYESA AT lo representa ASC, que está trabajando por dar participación real a la plantilla, no solo cada cuatro años, sino en cualquier momento, promoviendo la asamblea de trabajadores, convocando comités extraordinarios cuando no se convocan los ordinarios y realizando una acción sindical continua y constante. Ya te hemos explicado cómo organizarte. Ahora está en tu mano dar el paso: colabora en la medida de tus posibilidades, participa, aporta tus ideas… ¡Afíliate! |