Esta altísima rotación no solo se ha mantenido, sino que ha crecido, tanto en Ayesa como en distintas empresas del sector TIC. ¿Por qué? -
En primer lugar, el objetivo fundamental de la patronal es obtener mayor beneficio económico y ello pasa por apropiarse de la mayor parte de la plusvalía generada por los asalariados. Para conseguirlo, para establecer un marco propicio para tirar por tierra los salarios, los empresarios en general, y en el sector en particular, necesitan estimular la rotación de los trabajadores y de las trabajadoras al objeto de imponer la precariedad laboral: -
Desde hace mucho tiempo la patronal del sector ha manifestado su deseo de liquidar la antigüedad. La antigüedad significa un incremento de los salarios de los trabajadores dependiendo de los años de servicio. El incremento del salario de los trabajadores implica un incremento de la masa salarial hacia los trabajadores y, consecuentemente, un menor margen de beneficio para los empresarios. -
Los años de servicio encarecen el despido, todo ello a pesar de que los sirvientes de los empresarios ─los sucesivos gobiernos y los sindicatos financiados por el Estado (CCOO y UGT)─ llevan décadas haciendo políticas que inciden en el abaratamiento del despido, tanto por la vía de reformas laborales como por la existencia de los ERE y, consecuentemente, incrementan la precariedad laboral. -
Cuanto menor antigüedad tengan las plantillas más económicas le resultan a las empresas las reestructuraciones de plantilla y, consecuentemente, podrá agudizar y reiterar los ciclos de maximización de la explotación de los trabajadores. De hecho, la creación de una capa de trabajadores precarios y la temporalidad son unas de las variables más importantes de la precarización, les permite a los empresarios rebajar salarios empleando la coacción contra los trabajadores en activo y abusando de las necesidades de los trabajadores en paro forzoso. -
Para garantizar esa alta rotación los empresarios imponen unas condiciones laborales paupérrimas, al objeto de empujar al trabajador a irse buscando algo, ni tan siquiera mejor, pero donde tenga algo más de tranquilidad. A este respecto, Ayesa AT brilla por sus pésimas condiciones laborales, y ahí están las evaluaciones de riesgos psicosociales que delatan unos riesgos muy elevados de los trabajadores ─sobrecarga, falta de carrera profesional, ausencia de formación, no reconocimiento de las funciones desempeñadas, etcétera─, traduciéndose esto en una altísima rotación. A lo ya mencionado, hemos de añadir que Ayesa no es más que una vulgar subcontrata. Su modelo de negocio es la subcontratación. El ejemplo de Telefónica España que en 30 años ha perdido el 88% de su plantilla aumentando día a día la subcontratación con unas condiciones de trabajo peores. Trabajadores subcontratados que hacen el trabajo para las empresas clientes ─ENDESA, Administraciones Públicas, bancos, etcétera─ a través de intermediarios, como por ejemplo AYESA AT, cuya única misión es disipar las responsabilidades con los trabajadores de esas grandes empresas clientes, esa es la función de intermediario por el que AYESA AT saca tajada económica, la precarización y la erosión de los derechos de los trabajadores. -
En el sector TIC la pandemia de la COVID implicó un pico en la prestación de servicios informáticos y de trabajo a distancia. Este hecho puntual significó un incremento en la demanda de trabajadores y significó un incremento, todavía mayor, de la rotación. Sin duda, este soufflé bajó, y muchos de los trabajadores y trabajadoras que se fueron a otras empresas en pandemia incrementando sus salarios vieron cómo este cambio fue efímero, y vieron cómo perdían sus puestos de trabajo por indemnizaciones mínimas en comparación con las que hubieran obtenido de no haberse cambiado de empresa. Y en el mejor de los casos, a los que le subieron unos pocos miles de euros el salario y no fueron despedidos, han visto tras las subidas salariales del convenio cómo sus salarios permanecen invariables y cómo esas "subidas salariales" metidas en complementos de "mejora voluntaria" no son más que anticipos a las futuras subidas que quedan congeladas para esos trabajadores gracias a la compensación/absorción firmada por CCOO y UGT. Y es que, aunque el sueldo aumente de forma nominal, al saltar de empresa en empresa estás renunciando a mejoras laborales que emanan de la antigüedad, como los trienios de antigüedad, las mayores indemnizaciones por despido, etc. Pongamos un ejemplo: Para un trabajador encuadrado en la categoría 3-B-II, el convenio colectivo establece un salario base mínimo de 24.975,35€, que junto con el plus del convenio fija un salario mínimo de 27.147,12€ anuales. Teniendo en cuenta que los trienios de antigüedad (es decir, el aumento de salario percibido cada 3 años de antigüedad en la empresa) se calculan utilizando el salario base, este trabajador, a los 15 años en la empresa, percibirá 6.243,84€ más en concepto de antigüedad, haciendo un total de 33.390,96€ anuales. Si en vez de 15 años suponemos 24 años de antigüedad, percibirá 13.736,45€ más, haciendo un total de 40.883,56€ anuales, todo esto sin contar que el trabajador haya recibido durante ese periodo ningún tipo de mejora adicional o subida de categoría. Además, en caso de despido improcedente, el trabajador con 15 años de antigüedad percibiría 50.364,22€ de indemnización, mientras que el de 24 años percibiría 81.667,12€, haciéndose para la empresa económicamente más difícil despedir a dicho trabajador. En cambio, el trabajador que salta de empresa en empresa, aunque al principio (y en condiciones muy excepcionales, como el post-covid en el sector TIC) puede ver un aumento de su nómina, la realidad es que en el medio y largo plazo su salario se estancará y decrecerá en términos reales, estará condenado a no recibir una subida de salario gracias al artículo 7 del Convenio habiendo tirado por tierra la antigüedad y estando mucho más desprotegido ante el despido, percibiendo una cantidad irrisoria y testimonial en caso de que este se produzca y no sea despedido a coste cero por no superar el periodo de prueba. A esto debemos sumar que la demanda de personal TIC tras el COVID y la transformación tecnológica vivida está llegando a su fin, con lo cual ya ni siquiera la rotación laboral supondrá una mejora en la nómina. Lo analizamos aquí. Como conclusión, queda claro que: -
Ayesa AT es una subcontrata, de ahí las paupérrimas condiciones laborales y de ahí la altísima rotación laboral que existe en la compañía. Sin embargo, hay que recordar que las otras empresas del sector reproducen lo mismo que AYESA AT. -
No solo AYESA AT, sino la propia patronal del sector estimula la rotación para tener una capa de trabajadores precarios con la que dividen y debilitan a los trabajadores y les facilita la labor de tirar por tierra los salarios y las condiciones laborales del Sector TIC. -
La única manera de combatir la precarización laboral y garantizar el empleo es quitarnos de la cabeza el huir de la empresa. Debemos organizarnos y luchar por la subida de los salarios y la reducción de la jornada laboral. Cuanto más salarios y mayor sea la masa salarial de la plantilla menos dinero excedente tendrá la Empresa para despedir individual ni colectivamente. Por otro lado, cuanto más numerosa y estable sea la plantilla mayor será la implicación de los trabajadores en nuestra organización para conquistar salidas colectivas de clase y mayor será el desarrollo de la organización obrera en los centros de trabajo. -
La única salida para el avance económico y laboral de los trabajadores y de las trabajadoras es la organización obrera, la unidad y la movilización de los trabajadores bajo los principios del sindicalismo de clase y la defensa de nuestros derechos y nuestras condiciones de vida. Es la única vía que funciona, comprobada históricamente. Saltar a otras empresas es una medida individualista que solo beneficia a los empresarios. |
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