Una vez extractado el contenido más importante de la noticia, desde CSC hacemos las siguientes consideraciones: -
El proceso de venta de acciones está lanzado y, estamos convencidos, ya está preacordado, toda vez que la "due diligence" —proceso por el que auditores externos dirigidos por los compradores examinan con detalle las distintas áreas de la empresa así como sus documentos contables al objeto de evaluar los riesgos legales y sustanciales de la Empresa o grupo empresarial que pretenden comprar— está ya lanzada, teniendo absoluta verosimilitud lo que señala el artículo de que en mayo o junio la operación se haga del todo efectiva. -
Se constata que AYESA ha sido incapaz de hacer lo que en enero de 2011 decía que iba a hacer, y por la que los dirigentes de la Junta de Andalucía en aquel periodo —todos ellos del PSOE, de los que algunos de ellos incluso ha tenido posteriormente problemas con la justicia— justificaban la venta a precio de saldo, y nefasta para los intereses del pueblo andaluz, de SADIEL. Parece ser que al capitán del barco —el máximo dirigente de AYESA en 2011— le faltaba tanto barco (tamaño) como combustible (capital), demostrándose, en nuestra opinión, que teníamos razón cuando en 2011 señalábamos y denunciábamos que la venta atendía a intereses políticos del Gobierno de la Junta de Andalucía (PSOE) ante la posibilidad de ser desalojados de San Telmo en las elecciones de 2011 en perjuicio del pueblo andaluz y de los intereses de los trabajadores de SADIEL. -
Según los datos de facturación que aporta el periódico ABC de Sevilla con respecto del grupo AYESA, estimamos que la antigua SADIEL, hoy AYESA AT, aporta una facturación de en torno a 133,5 millones de euros, lo que equivale prácticamente al 50% de la facturación del grupo. -
Con respecto a AYESA AT, la Junta de Andalucía tiene un 22% de las acciones. Desde CSC consideramos esencial que la Junta de Andalucía mantenga la propiedad de ese 22% de las acciones de AYESA AT. Asimismo, nuestro sindicato defiende que la Junta de Andalucía vuelva a ser el accionista mayoritario de AYESA AT, pues si algo ha demostrado la gestión de la familia Manzanares durante estos 10 años es que ha sido paupérrima para los trabajadores, cuyo grado de explotación se ha elevado enormemente y se han vulnerado de manera sistemática los derechos de la plantilla, al igual que se ha incrementado el índice de rotación de los trabajadores. La venta de 2011 de SADIEL a AYESA únicamente ha beneficiado a la familia Manzanares. -
Desde CSC vemos con honda preocupación este movimiento de compra y venta de acciones. Sin duda, este movimiento realizado por la familia Manzanares atiende al reconocimiento de su incapacidad, como consecuencia de falta de capital y tamaño, para competir con aquellas empresas cuyo tamaño y capital es muy superior y que en realidad conforman el actual oligopolio. Los dueños de la Empresa saben que su subsistencia en términos económicos depende de otros que aporten el capital suficiente para ampliar el tamaño, capital del que la familia Manzanares no dispone. Los dueños de la empresa, con sus acciones, demuestran que son conscientes de que las únicas empresas que pueden subsistir son aquellas que forman parte del oligopolio, donde AYESA hoy no se encuentra. Los dueños de AYESA aspiran a construir un monopolio —que sea AYESA— que pueda entrar en el oligopolio ya creado y, para ello, tiene que abrir la puerta a fondos de inversión, para ganar tamaño y entrar en la bolsa, según dice ABC de Sevilla, es decir, para entrar en el terreno del capital especulativo, pues los dueños de esta empresa —al igual que el resto de capitalistas— son conscientes de que la subsistencia de ellos depende de estar en el terreno del capitalismo especulativo y no del productivo. El objetivo de los fondos de inversión no es desarrollar un monopolio nuevo, máxime cuando el oligopolio en el sector TIC ya está conformado, sino obtener la mayor rentabilidad económica en el menor tiempo. Por eso, este movimiento económico va a ser terriblemente nocivo para los trabajadores de AYESA, pues muchos puestos de trabajo, con toda seguridad, serán llevados por delante y la precarización de las condiciones laborales y económicas de los trabajadores se incrementarán. En esta dirección, desde CSC hace tiempo que venimos advirtiendo de la uberización del trabajo y el Smart Job va en esa dirección. -
Esta operación empresarial no atiende a los intereses de los trabajadores, ni tan siquiera a los intereses de la Empresa en términos productivos, sino únicamente a los intereses de los dueños del grupo AYESA, la familia Manzanares. CSC, en el día de ayer, ya demandó una serie de información a la Dirección de la Empresa —la cual, como siempre, ha actuado a espaldas de los trabajadores y sus representantes, demostrando el desprecio y la aversión que sienten por la plantilla— sobre esta operación económica. Desde CSC nos vamos a oponer a todo tipo de pasteleo, de traición y de mercadeo de los intereses y derechos de los trabajadores que se producen en estos momentos. Chalaneos y traiciones en los que CCOO y UGT son expertos. CSC jamás va a firmar la destrucción de ningún puesto de trabajo ni firmará ningún retroceso y va a pelear porque no se pierda ni un puesto de trabajo y no se pierda ni una condición de los trabajadores y trabajadoras. Asimismo, hacemos un llamamiento a todos los trabajadores y trabajadoras a organizarnos para defender nuestros derechos y nuestros intereses, siendo ésta la única fórmula posible para impedir que los especuladores nos arrebaten lo que nos corresponde. Tanto a los dueños actuales de la Empresa como todavía más a los fondos de inversión que al parecer formarán parte mayoritaria del Capital en breve les importa un bledo los trabajadores, no vacilando en absoluto a la hora de pisotear las condiciones de los trabajadores cuando consideren oportuno al objeto de rentabilizar todos estos movimientos accionariales. La apuesta de la familia Manzanares para salvarse en términos económicos es abrir AYESA a la especulación de los fondos de inversión, o fondos buitre, demostrando que les importa un pimiento los trabajadores. Los trabajadores debemos organizarnos por nosotros mismos para defender nuestros intereses y nuestra dignidad, y ahora es el momento. |
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