miércoles, 12 de febrero de 2025

ESTRÉS LABORAL

 

Hace ya casi 5 años os hablamos en un comunicado del estrés laboral y, lejos de bajar esta enfermedad originada en el trabajo, se ha incrementado exponencialmente.

Según el INSS, el estrés laboral, o estrés en el trabajo, es una de las principales consecuencias de la exposición a riesgos psicosociales, los cuales en su último estudio en AYESA AT salieron bastantes elevados.

Hoy en día se trata como un problema colectivo y no individual que puede afectar a todos los trabajadores, de todas las categorías y profesiones. Además, el estrés laboral tiene efectos sobre la salud, tanto física como mental, pero también sobre cómo se realiza el trabajo y, por tanto, sobre el absentismo, el rendimiento y la productividad.

El estrés laboral siempre ha estado presente en el trabajo, sin embargo, está incrementando su intensidad e incidencia debido a las nuevas formas de organización del trabajo y de relaciones sociolaborales. Según datos de Eurostat, el estrés es el segundo problema de salud más frecuente entre los trabajadores tras los trastornos musculoesqueléticos. Por ello, también está aumentando la sensibilización a nivel internacional sobre la necesidad de actuar frente al estrés en el trabajo, y no solo lo ocasiona el puesto de trabajo en la empresa, sino que, estudios recientes, tras la pandemia, hacen énfasis en el teletrabajo.

 
 

¿Qué es el estrés laboral?

El estrés laboral es una de las consecuencias de la exposición a riesgos psicosociales. Concretamente se genera debido a una situación laboral en la que se dan unas condiciones psicosociales adversas o desfavorables. El estrés laboral es la respuesta, física y emocional, a un desequilibrio entre las exigencias percibidas y las capacidades de un individuo para hacer frente a esas exigencias.

¿Te das cuenta, que cuando tú responsable te mete prisa por sacar un trabajo, estás más tenso, descansas mal y te alimentas peor?

El síndrome burnout (quemado, fundido) es un tipo de estrés laboral, un estado de agotamiento físico, emocional o mental que tiene consecuencias en la autoestima, y está caracterizado por un proceso paulatino, por el cual las personas pierden interés en sus tareas, el sentido de responsabilidad y pueden hasta llegar a profundas depresiones.

 
 

¿Cómo se produce el estrés en el trabajo?

El estrés es la respuesta a un agente o estímulo, ya sea interno o externo, es decir a un agente estresante. Desde esta perspectiva, en el ámbito laboral encontramos distintas clasificaciones de agentes estresantes. Las causas más comunes son:

  • La falta de control sobre el trabajo que se realiza.

  • Realizar tareas o funciones que no corresponden al perfil del puesto de trabajo (por ejemplo, labores administrativas cuando se tiene un perfil técnico o viceversa)

  • La monotonía.

  • Plazos ajustados.

  • Trabajar a alta velocidad.

  • La exposición a la violencia.

  • Condiciones de trabajo físicamente peligrosas.

Todas las clasificaciones coinciden en considerar la sobrecarga en el trabajo y la falta de control, que incluye el ritmo de trabajo impuesto, como fundamentales en la generación de estrés.

 
 

¿Cómo evaluar el estrés?

El estrés laboral se ha de evaluar usando métodos que analicen las distintas condiciones de trabajo como factores de riesgo psicosocial, de esta forma lograremos identificar y valorar la magnitud de las fuentes de estrés, es decir, de los agentes estresantes y se podrá intervenir sobre ellos.

El síndrome sería la respuesta extrema al estrés crónico originado en el contexto laboral y tendría repercusiones de índole individual, pero también afectaría a aspectos organizacionales y sociales.

Se puede ser más propenso a experimentar burnout si cumples varias de las siguientes características (en forma de señales o síntomas):

  • Te identificas tan fuertemente con el trabajo que te falta un equilibrio razonable entre tu vida laboral y tu vida personal.

  • Intentas asumir tareas y funciones que no corresponden a tu cargo.

  • Sientes que tienes poco o ningún control sobre tu trabajo.

  • Tu trabajo es especialmente monótono.

Hazte las siguientes preguntas para saber si estás en peligro de padecer burnout:

  • ¿te has vuelto cínico o crítico en el trabajo?

  • ¿te arrastras para ir a trabajar y sueles tener problemas para empezar una vez has llegado?

  • ¿te has vuelto irritable o impaciente con los compañeros de trabajo o clientes?

  • ¿te falta la energía para ser consistentemente productivo?

  • ¿te falta la satisfacción en tus logros?

  • ¿te sientes desilusionado con tu trabajo?

  • ¿estás consumiendo excesiva comida, fármacos o alcohol para sentirte mejor?

  • ¿tus hábitos de sueño o apetito han cambiado por culpa de tu trabajo?

  • ¿estás preocupado por los dolores de cabeza inexplicables, dolores de espalda u otros problemas físicos?

Si has contestado sí a alguna de estas preguntas, puedes estar experimentando burnout. Síntomas principales:

  • Agotamiento emocional: un desgaste profesional que lleva a la persona a un agotamiento psíquico y fisiológico. Aparece una pérdida de energía, fatiga a nivel físico y psíquico. El agotamiento emocional se produce al tener que realizar unas funciones laborales diaria y permanentemente con personas que hay que atender como objetos de trabajo.

  • Despersonalización: se manifiesta en actitudes negativas en relación con los usuarios/clientes, se da un incremento de la irritabilidad, y pérdida de motivación. Por el endurecimiento de las relaciones puede llegar a la deshumanización en el trato.

  • Falta de realización personal: disminución de la autoestima personal, frustración de expectativas y manifestaciones de estrés a nivel fisiológico, cognitivo y comportamiento.

El síndrome burnout puede ser el resultado de varios factores y puede presentarse normalmente cuando se dan condiciones tanto a nivel de la persona (referentes a su tolerancia al estrés y a la frustración) como organizacionales (deficiencias en la definición del puesto, ambiente laboral, estilo de liderazgo de los superiores, entre otros). Las causas más comunes son las siguientes:

  • La falta de control. Una incapacidad de influir en las decisiones que afectan a tu trabajo: como tu horario, tareas o carga de trabajo que podrían conducir a agotamiento del trabajo.

  • Expectativas laborales poco claras. Si no estás seguro sobre el grado de autoridad que tengas o de tu supervisor o de lo que los demás esperan de ti, no es probable que te sientas cómodo en el trabajo.

  • La dinámica de trabajo disfuncional. Tal vez trabajas con una persona conflictiva en la oficina, te sientes menospreciado/a por los compañeros o tu jefe no le presta suficiente atención a tu trabajo.

  • Las diferencias en los valores. Si los valores difieren de la forma en que tu jefe hace negocios o atiende las quejas, la falta de correspondencia puede llegar a pasar factura.

  • Mal ajuste de empleo. Si tu trabajo no se ajusta a tus intereses y habilidades, puede llegar a ser cada vez más estresante.

  • Los extremos de la actividad. Cuando un trabajo es siempre monótono o caótico, necesitas energía constante para permanecer centrado, lo que puede contribuir a niveles más altos de fatiga y agotamiento del trabajo.

  • La falta de apoyo social. Si te sientes aislado en el trabajo y en tu vida personal, puedes sentirte más estresado.

  • Desequilibrio entre la vida laboral, familiar y social. Si tu trabajo ocupa gran parte de tu tiempo y esfuerzo y no tienes suficiente tiempo para estar con tu familia y amigos, te puedes "quemar" rápidamente.

  • El acoso laboral, es el peor de todos, ya que hace que tu vida dentro y fuera de la empresa sea un calvario.

No saber detectar y no tratar a tiempo el síndrome burnout, puede tener consecuencias significativas:

  • Estrés excesivo

  • Fatiga

  • Insomnio

  • Un desbordamiento negativo en las relaciones personales o vida en el hogar

  • Depresión

  • Ansiedad

  • El alcohol o abuso de sustancias

  • Deterioro cardiovascular

  • El colesterol alto

  • Diabetes, sobre todo en las mujeres

  • Infarto cerebral

  • Obesidad

  • Vulnerabilidad a las enfermedades

  • Úlceras

  • Pérdida de peso

  • Dolores musculares

  • Migrañas

  • Desórdenes gastrointestinales

  • Alergias

  • Asma

  • Problemas con los ciclos menstruales

Recuerda, si crees que puedes estar experimentando burnout, no ignores tus síntomas. Consulta a tu médico o a un profesional en salud mental para identificar o descartar la existencia de condiciones de salud subyacentes. Si estás preocupado por el burnout en el trabajo, debes tomar medidas. Uno de los problemas del trabajador y quizás el más acuciante, es que se "ha normalizado", como parte de su trabajo, el estrés laboral.

Existen dos tipos de estrés: Estrés positivo, que es el que nos mantiene alerta, el que nos da ilusión por hacer nuestro trabajo con ganas. Estrés negativo, el que te consume día a día.

El 94% de los casos de estrés laboral viene causado por los jefes/as, responsables o compañeros/as; no solo son tóxicos para los trabajadores/as, sino para la propia empresa, aunque sea ella quien los puso ahí y les da premisas para que actúen de esa forma para fustigar a los trabajadores/as. Por ello, al igual que el Comité de Seguridad y Salud, se preocupa de la ergonomía de los asientos o de si se pone arnés o no por seguridad, debería también de preocuparse y solicitar un estudio -cada dos años, al menos- de riesgos psicosociales, para ver el grado de estrés laboral del trabajador/a.

En la mayoría de los estudios, en las conclusiones no remiten al paciente al doctor, sino que le recomiendan que su empresa tenga un buen comité de empresa, que luche por el bienestar del compañero/a, y que defienda sus intereses, frente a verdugos que la empresa pone elegidos/as para conseguir su fin, que no es otro, que ejercer presión y con ello meter el miedo en el cuerpo con sus amenazas a los trabajadores/as.

Medidas preventivas que se pueden adoptar:

Las actividades encaminadas a la prevención del estrés en el trabajo incluyen intervenciones en la organización y el individuo, aunque se deben adoptar medidas preferentemente organizativas y colectivas antes de aplicar medidas individuales, siguiendo los principios acción preventiva (art. 15 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales)

De hecho, la prevención del estrés laboral comienza en el proceso de diseño de la misma organización. La estructura y la cultura presente en la empresa desde su nacimiento, son piezas clave para el control del estrés laboral.

Entre las principales medidas que se pueden adoptar a nivel organizativo están:

  • El diseño o rediseño adecuado de los puestos de trabajo.

  • El rediseño de los sistemas de trabajo, mediante enriquecimiento de puestos, ampliación de tareas, creación de grupos de trabajo, etc.

  • La organización de la jornada laboral y tiempos de trabajo, incluyendo turnos, descansos y pausas.

  • Realización de una adecuada política de personal, que tenga en cuenta las demandas y necesidades de los trabajadores y que les dote de los recursos adecuados mediante programas de planificación de carreras, de formación continua, etc.

  • Estilo de dirección y liderazgo que permitan la participación de los trabajadores, proporcionen feed-back adecuados sobre desempeño y sean motivadores.

  • Definición clara de las competencias de los trabajadores.

  • Diseño o rediseño de sistemas de información y canales de comunicación adecuados.

  • Etc.

Para que la implantación de estas medidas tenga éxito se tendrá en cuenta que:

  • Las modificaciones deben llevarse a cabo contando con la participación activa de los trabajadores y sus representantes.

  • Es aconsejable instaurar los cambios de manera progresiva para ir evaluando su efectividad.

  • Es muy frecuente que las medidas implantadas requieran de ciertos ajustes para su optimización.

Complementariamente a las actuaciones anteriores, se puede intervenir sobre los trabajadores mediante la ampliación y mejora de las estrategias individuales de afrontamiento, especialmente en los casos en los que es difícil aplicar determinadas medidas organizativas. Se trata de ampliar y mejorar mediante la formación los recursos personales de los trabajadores para afrontar las situaciones cotidianas, reduciendo así el desequilibrio que produce la situación de estrés.

Como podéis ver, la negociación de un convenio colectivo, regularizaría gran parte de las medidas a tomar para prevenir el estrés laboral.

El convenio colectivo es cuestión de tod@s, nunca únicamente de los representantes sindicales.

La cuestión de las categorías, el salario, calendarios laborales, jornada laboral diaria, son cuestiones de todos los trabajadores/as.

 

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